El país de las pirámides y el Nilo nos ha dejado perplejos. Hemos sido testigos de una revolución impulsada a través de la internet por un grupo de jóvenes con visión de futuro y sed de democracia. Este movimiento tuvo como detonante la muerte a manos de la policía de Kahled Said, empresario que publicó un vídeo en YouTube exponiendo la corrupción policiaca. Con la creación de la página en Facebook Todos Somos Kahled Said la mecha de la revolución se encendió en un pueblo desesperado por alcanzar la libertad. Tras la caída del gobierno de Túnez e intensas luchas en la calles, los egipcios fueron capaces de derrocar a un régimen de tres década y de escribir un nuevo capítulo en su historia.
A través de estos hechos también hemos presenciado el surgimiento de un nuevo fenómeno llamado el quinto poder. La internet y las redes sociales han abierto un canal con acceso igual para que un pueblo hable, escuche, opine, se organice y forje su democracia. El Goliat de los medios de comunicación masiva controlado por el gobierno egipcio encontró en cada teclado a su David, que aspiraba a obtener la capacidad de seleccionar a sus gobernantes libremente.
Las lecciones para nuestro pueblo que ha nacido y crecido con el poder de las urnas deben ser claras. Tenemos ese derecho en nuestras manos, pero debemos saberlo usar. Edificamos nuestra democracia participando en el proceso político con conciencia y sin fanatismo; buscando conocimiento y comparando las ofertas electorales de los partidos y sus candidatos; analizando las capacidades y definiendo quiénes podrán representar nuestros intereses y aspiraciones como pueblo con transparencia y eficacia.
Si dedicamos como consumidores más esfuerzo a comprar una computadora o un carro último modelo que como ciudadanos a escoger a nuestros gobernantes, estamos malbaratando este preciado bien que tanta sangre le sigue costando a la humanidad. Aquellos que saborean por primera vez la libertad seguramente pondrán por delante el bienestar de su pueblo y sobre sus líderes la lupa de la conciencia.
